Una campaña incómoda
Sis il·lustradores feministes, de la mà de la XES, mostren actituds que generen desigualtats de gènere a les organitzacions de l’economia solidària per animar-les a millorar la participació i la democràcia interna
Seis ilustradoras feministas, de la mano de la XES, muestran actitudes que generan desigualdades de género en las organizaciones de la economía solidaria para animarlas a mejorar la participación y la democracia interna
Interrupciones constantes, acaparamiento de la palabra, invisibilización de las tareas reproductivas … algunas actitudes que fomentan las desigualdades de género también están presentes los colectivos de la economía social y solidaria. Aunque se trata de un sector que defiende firmemente los principios feministas, a menudo escapan pequeños detalles en el día a día que repiten patrones heteropatriarcales y que tienen como consecuencia que las mujeres se sientan menos invitadas a participar activamente en las reuniones , asambleas, actos públicos, etc.
Por este motivo, la comisión de Economías Feministas (Ecofin) de la XES ha impulsado una campaña de comunicación gráfica con el objetivo de que todo el mundo tome conciencia y, de esta manera, se puedan cambiar las cosas. Anna Fernández, miembro de la comisión de Ecofin, explica: «A menudo preferimos pensar que estos comportamientos no responden a cuestiones de género, que todo depende de la persona. Pero cuando se trata de patrones que se repiten sistemáticamente tenemos que aceptar que no es una casualidad, sino que hay algo inconsciente que nos lleva a relacionarnos diferente según nuestro género «.
La campaña no tiene ninguna intención de culpabilizar ni criminalizar a nadie: se trata de hacer visibles las cosas que pasan desapercibidas para animarnos a cambiarlas (el lema de la campaña es reuniones redondas, un juego de palabras que apela a la relación entre género y el buen funcionamiento de los espacios organizativos). Sin embargo, hacer autocrítica no es fácil y poner sobre la mesa las malas prácticas que pasan en nuestros espacios laborales cotidianos genera cierta incomodidad. «Es importante entender que no es una acusación hacia nuestros compañeros, sino una prueba más de la cultura patriarcal que nos domina», explica Mónica Hass, miembro de la comisión. «No son dinámicas escandalosas, tampoco son muy explícitas ni directos, sino sutiles. Y constantes, muy constantes, como una lluvia fina que nunca para y que va minando la autoestima de las mujeres que participamos para acabar expulsando seleccionados de estos espacios «, añade Marina Reig, también del equipo de Ecofin.
Arte, humor y feminismo
Bajo el hashtag #aDONAt, seis imágenes con estéticas muy diferentes pero con un mismo hilo conductor han difundido en las redes sociales desde mediados de febrero. Las ilustraciones son el fruto de un trabajo conjunto entre la comisión de comunicación de la XES, la de Economías Feministas y seis artistas conocidas por sus dibujos reivindicativos sobre género y mujeres, en algunos casos en clave de humor. «En primer lugar, hay que darse cuenta de las cosas para poder cambiarlas. Es necesario que las mujeres se den cuenta que si alguien las interrumpe, no es porque lo que dicen es poco relevante. Es necesario que los hombres se den cuenta que desconectan más a menudo cuando habla una mujer, aunque no lo hagan expresamente «, afirma Marta Ferré, miembro de la comisión.
Feminista ilustrada, Emma Gascó, Paulapé, Flavita Banana, Nuria Frago y Ana Peñas son las seis autoras que han materializado las conclusiones de la observación. Las seis forman parte de una nueva hornada de ilustradoras feministas, algunas colaboran con medios especializados en el tema, como la revista Pikara, y otros tienen en las redes sociales su principal canal de difusión.
Emma Gascó define el enfoque de su trabajo como feminista y aferrado a los derechos humanos. «Es normal que en un primer momento las imágenes que producimos sean machistas en mayor o menor medida, porque es lo que nuestro ojo está acostumbrado a ver. Pero también tenemos a mano herramientas para generar otras formas de representación gráfica. Por ejemplo, no dibujamos sólo mujeres cuando hablamos de feminismo o de cáncer de mama; dibujamos mujeres para representar cualquier temática, porque somos la mitad de la población. Por otra parte, intentamos no dibujar siempre el mismo canon, representar cuerpos diversos, no sólo mujeres jóvenes, delgadas, blancas y normativas. Y, sobre todo, que las mujeres que dibujamos sean activas, que estén haciendo algo, que no sean decoración «, explica.
Por su parte, María Murnau -conocida como Feminista Ilustrada- afirma que con su trabajo intenta aportar su granito de arena a la lucha feminista, al antirracista y contra la homofobia. Aunque gozó de gran éxito en las redes sociales, sabe que sus y ilustraciones no gustan a todos los públicos: «En general entre el público femenino encuentro bastante aceptación pero a la vez es bastante habitual que cada imagen que publico lleve un alud de hombres criticando las viñetas, que por norma no son nada ofensivas, sólo muestran situaciones que se viven a diario «, declara.
Seis desigualdades de género
Los temas clave que se seleccionaron para la campaña provienen de las conclusiones de la puesta en práctica de la herramienta de observación de género en la misma XES que pretendía demostrar que lo que las mujeres mujeres sentían estaba basado en realidades, explican las compañeras de Ecofin. Hace tiempo grabaron diferentes reuniones en vídeo, las visionaron de manera crítica siguiendo esta herramienta y luego extrajeron conclusiones sobre las actitudes más habituales. Algunas de ellas eran previsibles pero otros fueron toda una sorpresa, como los patrones detectados sobre distracciones automáticas cuando hablaban algunas personas o el hecho de comprobar que no existía análisis de género transversal en las decisiones que se tomaban. En la última asamblea de la XES, se aprobó hacer público los resultados de estas observaciones para hacer un ejercicio de transparencia y autocrítica, al tiempo que se espera que esto anime las organizaciones socias a colaborar esta problemática.
Según la ilustradora Nuria Frago, la fortaleza de esta campaña es su objetivo práctico y el hecho de que apunta el centro del problema, que es que muchas organizaciones hacen gala del enfoque en clave de género pero no tienen herramientas para desenmascarar las desigualdades que se pueden producir en actividades quotidianees, como pueden ser las reuniones.
Los seis puntos seleccionados para la campaña fueron el manterrupting (la palabra en inglés que define el fenómeno de las interrupciones habituales de hombres a mujeres), las distracciones constantes cuando habla una mujer, el acaparamiento de la palabra por parte de los hombres , la invisibilización de las tareas reproductivas, que el feminismo nos apela a todos y todas y la baja representación pública de las mujeres.
La dibujante Flavita Banana expresó su sorpresa ante estos ítems: «Yo soy autónoma y no estoy acostumbrada a hacer reuniones, así que no sabía que esto pasaba tan habitualmente en estos espacios, a pesar de que yo misma he vivido estas situaciones en conversaciones informales «. Su ilustración se centró en la invisibilización de las tareas reproductivas, que se asumen mayoritariamente por parte de mujeres. «Escogí tratar la cuestión de las tareas paralelas a la reunión porque me parece un símil de lo que también ocurre en el hogar: las mujeres se ocupan de 3000 cosas consideradas menores que los hombres puedan avanzar sin complicaciones», comenta .
Por el contrario, a Paulapé «desgraciadamente» no la sorprendió ningún tema. Dice: «En los diversos colectivos de los que he formado parte he vivido (y vivo) situaciones como las que hemos reflejado en la campaña. He visto como mis propuestas eran ignoradas hasta que las proponía un hombre, me he encargado de infinidad de tareas invisibles que nadie ha valorado, he recibido comentarios despectivos y actitudes agresivas para mantener una opinión diferente e incluso he acabado decidiendo abandonar algún colectivo por estos motivos, pese a creer firmemente en el proyecto «.
En el caso de Emma Gascó, los temas también eran conocidos porque forma parte de varias asambleas. Aún así, la sorprendió un dato concreto sobre las distracciones cuando una mujer habla: «Al abordar el dibujo yo di por hecho que las mujeres también nos distraemos igual que los hombres cuando habla otra mujer, pero resulta que no! El análisis de la XES había detectado que la tendencia de las mujeres es a prestar atención «.
La economía solidaria será feminista …?
Las compañeras de Ecofin están muy satisfechas con la repercusión que ha tenido la campaña aunque también han recibido críticas en persona y en las redes sociales. Algunos comentarios cuestionaban que las dinámicas mostradas en las ilustraciones eran habituales pero no tenían que ver con el género. Las respuestas de la XES han sido siempre en la misma línea: la campaña nace de una observación real interna y reiterada y, además, cada vez hay más estudios académicos que extraen las mismas conclusiones.
Varios organizaciones de la XES han expresado que la campaña las ha animado a utilizar la herramienta para analizar las dinámicas interna y comenzar un proceso de mejora. Emma Gascó, que participa en los espacios de REAS, considera que desde el ESS hace mucho que se hacen esfuerzos en este ámbito y que se han ido viendo los frutos, pero «obviamente no hemos construido – todavía – espacios 100% libres de machismo, nos cuela constantemente y es muy importante señalarlo «, dice. Nuria Frago, continúa: «Yo misma me he dado cuenta de que usar la palabra feminismo no te hace feminista. Puedes leer mucho sobre el tema y sin embargo tener una ceguera feminista en una situación quotidianda, en un supuesto escenario que no te has planteado que pueda ser opresor «.
Por último, Paulapé es contundente: «Pienso que los espacios donde hay un mínimo de reflexión y crítica son más inclusivos en general que otros espacios, aunque hay dinámicas que cuestan mucho de eliminar y que requieren más que la lectura de un par de textos y el posicionamiento público como feministas (por ejemplo). Creo que todos los colectivos deberían aplazar temporalmente los temas urgentes y hacer un esfuerzo para poner sobre la mesa aquellos realmente importantes y que marcan la diferencia porque todas nos sentimos incluidos «.